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Una quemadura es una lesión de los tejidos de la piel, causada habitualmente por un calor excesivo, aunque también puede deberse al contacto de la piel con productos químicos, físico o electricidad.
Saber reconocer los diferentes tipos de quemaduras y tener conocimientos básicos sobre su tratamiento puede reducir al mínimo las lesiones y evitar una desgracia.
Causas de las quemaduras
La causa más obvia de las quemaduras es el calor. Pueden producirse por contacto directo con el fuego, un radiador o un líquido caliente, pero también por el calor irradiado desde una fuente de calor intenso, como un horno o una chimenea. Algunas quemaduras están causadas por sustancias químicas, la corriente eléctrica, el sol, la fricción (al frotar o por rozamiento) o el frío extremo.
Por lo general, las quemaduras afectan a la piel, pero también pueden resultar dañadas otras zonas importantes del cuerpo. Por ejemplo, la mucosa oral, las vías respiratorias y los pulmones se lesionan cuando se inhalan vapores y gases calientes.
Tipos de quemaduras
La gravedad de una quemadura depende de la profundidad del tejido afectado, de la zona del cuerpo que se queme, y del agente que la haya producido. Hay tres tipos de quemaduras según la lesión local que produzcan: de primer, de segundo y de tercer grado; también se denominan superficiales, de espesor parcial y de espesor total, respectivamente.
Quemaduras de primer grado.
Afectan únicamente a la superficie de la piel, que enrojece y se inflama ligeramente; la quemadura casi siempre produce picor y en muchas ocasiones es dolorosa. Una causa común es la exposición excesiva a los rayos solares. En general se resuelve sin dejar cicatrices. Quemaduras de segundo grado.
Son más graves que las anteriores, pero no afectan a las capas profundas de la piel.
Se dividen en de segundo grado superficial o profundo. En ambas la piel presenta un color rojo oscuro o morado, se inflama y salen ampollas. La superficie tiene un aspecto húmedo y supurante.
La diferencia entre las superficiales y las profundas, es que en el primer caso, duelen enormemente al estar indemnes los receptores nerviosos superficiales, mientras que en las profundas, al quemarse los receptores nerviosos superficiales, no duelen. Por ello, el paciente las identifica erróneamente como menos graves. Este tipo de quemaduras si pueden dejar cicatrices, y deben ser vigiladas.
Quemaduras de tercer grado.
En este caso, se dañan las capas más profundas de la piel, que presenta un aspecto seco y agrietado, como acartonado, y a veces tiene un color pálido o ennegrecido. Estas quemaduras tampoco duelen, ya que las terminaciones nerviosas de la piel también quedan destruidas. De forma general, siempre quedarán cicatrices.
Quemaduras de especiales características.
Las quemaduras en zonas especialmente sensibles, bien por su situación funcional o por su estética, deben ser valoradas con sumo cuidado. Por ejemplo, las quemaduras en palmas o dorsos de las manos, pueden producir cicatrices que dificulten el movimiento de los tendones y por tanto afectar a la funcionalidad de la mano. Asimismo, si la lesión afecta ala flexura de los codos, rodillas, cuello, etc. pueden provocar retracciones y afectar a los movimientos.
Si la quemadura afecta a la cara, el riesgo es doble; en el aspecto estético, y también por el peligro de que el calor afecte a la boca y vía aérea y produzca quemaduras en esta zona, lo que llevaría a edema e inflamación de la misma, poniendo en peligro el paso del aire, y por tanto de la respiración. Las cejas o el vello nasal chamuscado y las manchas negras en la boca o las flemas indican una posible quemadura de las vías respiratorias; si observas estos signos, solicita asistencia médica de inmediato.
“Por lo general, las quemaduras afectan a la piel, pero también pueden resultar dañadas otras zonas importantes del cuerpo. Por ejemplo, las vías respiratorias y los pulmones se lesionan cuando se inhalan vapores y gases calientes.
¿Qué hacer si alguien se quema?
La seguridad personal debe ser la prioridad absoluta de cualquier persona que ofrezca primeros auxilios a alguien que se ha quemado. Es fundamental ser consciente de los riesgos que todavía pueden entrañar el fuego, las sustancias químicas o la electricidad. También puede existir cierto riesgo de vapores tóxicos o de explosión, por ejemplo, si hay cerca una tubería de gas o una gasolinera.
En estos casos, es prioritario la seguridad del rescatador, y si se puede acceder al herido debe apartársele del foco peligroso lo más rápidamente posible, priorizando la seguridad antes que la asistencia.
El siguiente paso es impedir que la persona se siga quemando. Retira cuidadosamente la ropa que no esté adherida a la quemadura. No arranques el tejido adherido. En todo caso recórtalo alrededor
A continuación, para bajar la temperatura de la piel, coloca compresas o trapos limpios empapados en agua fría (no helada) y ponlas sobre las zonas afectadas del cuerpo hasta que dispongas de ayuda médica, si fuera necesario.
Como el calor evaporará el agua, reponlas con frecuencia para seguir refrescando la piel. Si la zona a cubrir es amplia, esa humedad predispone a la hipotermia, y deberás cubrir al herido con una manta para que no pierda temperatura central mientras se enfría la superficie quemada.
Como la quemadura produce edema e inflamación es esencial retirar cualquier objeto que la oprima, como las joyas y adornos, sobre todo en los dedos, ya que luego será imposible hacerlo.
No intentes reventar las ampollas que se forman sobre la piel quemada.
Si la quemadura ha sido causada por una sustancia química, límpiala con cuidado: si es un polvo seco, con ayuda de un cepillo, y de lo contrario, con agua abundante para diluir el compuesto.
Tratamiento en casa
Las quemaduras muy leves pueden tratarse en casa.
Por lo general, no es necesario vendar ni tapar las quemaduras superficiales. Para aliviar las molestias, utiliza una leche hidratante, una crema para después del sol o una loción de calamina. Los analgésicos comunes, como el paracetamol o el ibuprofeno, también resultan de ayuda. Las quemaduras de primer grado suelen desaparecer en unos días, aunque a veces la piel se descama ligeramente.
¿Cuándo debo solicitar asistencia médica? Deberás solicitar asistencia médica en los siguientes casos:
• Para todas las quemaduras de segundo y tercer grado.
• Para las quemaduras de primer grado que cubran una zona mayor que la palma de la mano.
• Para las quemaduras de la cara, las manos o las ingles.
• Cuando los afectados sean niños o ancianos.
• Cuando tengas dudas sobre el grado de la quemadura o no sepas cómo tratarla.
Si la quemadura es grave, llama al 061 y pide una ambulancia. Mientras llega el especialista, las indicaciones anteriores pueden ser un tratamiento muy valioso. Además los profesionales del 061 te darán consejos telefónicos hasta que llegue la ambulancia.
Tratamiento en el hospital
En el hospital, los médicos seguirán aplicando medidas de primeros auxilios y protegerán la piel dañada con gasas y vendas.
La piel sana impide que se pierdan líquidos de los tejidos que recubre y constituye además una barrera muy eficaz frente a las infecciones. Cuando se quema, la piel pierde estas funciones. Si la quemadura es grave, se pierden grandes cantidades de líquido a través de la piel, lo que puede afectar notablemente al corazón y la circulación.
Por esta razón, es preciso vigilar estrechamente a las personas que sufren quemaduras graves y, con frecuencia, administrarles líquidos por vía intravenosa para mejorar la circulación.
Las personas con quemaduras graves deben ser tratadas en unidades de quemados, donde además pueden aplicarse otros tratamientos especiales si fueran necesarios. Las quemaduras pueden infectarse, pues la piel no es capaz de protegerse totalmente frente a las infecciones causadas por las bacterias.
De este modo, es necesario vendar las quemaduras más graves y mantenerlas limpias para evitar infecciones mientras la piel cicatriza. Si se sospecha una infección, quizá haya que administrar antibióticos.
La recuperación tras una quemadura
El tiempo que tardan las quemaduras en cicatrizar depende de su gravedad. Casi todas las de primer grado se curan en un par de semanas y no suelen dejar cicatriz.
Las quemaduras más profundas tardan más tiempo en cicatrizar y a veces precisan un injerto de piel. Se trata de una técnica de cirugía estética en la que se utiliza la piel de una parte sana del cuerpo para reparar una región dañada que no es capaz de cicatrizar por sí misma.
Las quemaduras de tercer grado suelen dejar cicatrices que no siempre son fáciles de tratar. En estos casos, se recurre al tratamiento especializado de un cirujano plástico para intentar reducir al mínimo las cicatrices.
A veces se necesita otro tipo de tratamiento o de apoyo como parte de la rehabilitación que sigue a las quemaduras. La fisioterapia ayuda a recuperar el movimiento de las zonas quemadas, sobre todo, de las manos. Algunos servicios de dermatología disponen de voluntarios que ofrecen asesoramiento para la aplicación de productos especiales que disimulan las cicatrices. La terapia psicológica ayuda a algunas personas a aceptar que han sufrido un accidente o un cambio notable en su aspecto físico.
Prevención de los incendios
En la mayoría de los casos, el propio hogar es el lugar en el que se corre más riesgo de resultar herido o de perecer en un incendio. Las causas más comunes de los incendios son:
• El tabaco (colillas y cerillas).
• La cocina (sartenes desconchadas).
• Estufas y resistencias.
Basta con seguir un sencillo ritual antes de acostarse para evitar un incendio.
- Si fumas, comprueba que todos los cigarrillos están bien apagados. Nunca fumes en la cama.
- Desenchufa todos los electrodomésticos que no necesiten corriente (p. ej., el secador de pelo).
- Apaga las estufas y calefactores portátiles.
- Comprueba que la chimenea tiene una pantalla adecuada y que dejarla encendida no plantea problemas de seguridad.
Intenta apagar el fuego solo si es pequeño y lo puedes controlar. Ante la duda, evacua la casa.
Asegúrate de que todo el mundo sale de la casa Sal cuanto antes, cerrando a tu paso las puertas y ventanas, para evitar la propagación del incendio.
Si te encuentras una puerta cerrada por la que debas pasar, tócala para ver si está caliente. Si es así, cuando la abras asegúrate de que estas de lado y que una posible llamarada no te alcance.
Para salir, si hay humo, este tiende a subir, por lo tanto gatea para buscar el aire fresco del suelo.
Y recuerda que para nosotros lo más importante es tu seguridad y la de los tuyos.
Y recuerda que para nosotros lo más importante es tu seguridad y la de los tuyos.
